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Arco 1 "Nueva luz"

こんにち、私の名まえはえRainyです。僕がメキシコ人!

Y de nuevo, estamos aquí.

La situación podría parecer algo trágica y poco convencional. No diría que desperdicie mi vida. ¿O tal vez sí? Creo que eso ya no importa. No habrá un antes y un después. Simplemente no hay nada. Tal vez eso que escucho es… oh, claro que lo es, una ambulancia. ¿Las luces son muy brillantes, acaso… siempre lo fueron?

¿De verdad veré esa luz al final del túnel?

De momento todos son destellos, recuerdos borrosos y voces sin sentido.

Ese sonido… cierto, cuando ya no perteneces a este mundo ese pitido suele ser peculiar y nada bienvenido, al parecer si llegué a un hospital, pero no a tiempo. Espera espera… creo aquí viene. Siento que mi mente se desvanece… mmmm Nop, nada de nada. Cómo es posible que siga razonando, si yo ya estoy muerto. La veo, una luz, tal vez la gente que logró engañar a la muerte nunca avanzó hacia ella, quizás si esperò aquí, tal vez pueda… ¿Qué está pasando? Quítame las manos de encima. Una ¿mano? un momento, !No quiero!…



-Guaaaahhhhhhh



Capítulo 1 Una nueva Familia


Solo puedo escuchar murmullos a mi alrededor.


-Guaaaahhhhhhh



Por favor, alguien podría callar a ese maldito bebé.

Seguramente necesita un biberón o algo. Siento que me va a explotar la cabeza si lo escucho por más tiempo. Pareciera que lo tengo enfrente mío.

Espera, si oigo a un bebé significa que estoy en un hospital pero…

¿Por qué me cuesta abrir los ojos?


-Guaaaahhhhhhh



Me tomaré esto personal, si despierto y lo primero que veo es a ese bebé, juro que le daré un gran golpe… bueno, aquí vamos.


Disculpe señorita, ¿Quién es usted?… Oiga qué hace con mi…

Pero, ¿Quiénes son ustedes? A caso…


-Es un Varón Ciel.

-¡Su papá quedará encantado de conocerlo!

-Él no pudo estar aquí, pero dejó instrucciones claras si el niño era varón.

-Sebastián, ¿verdad?.


El bebe era yo.


***


Lo poco que entendí en mis primeros días en este lugar era que mi nombre era Sebastián. Digo no entendía un carajo de lo que decía… ¿Mi madre? Pero después de escuchar esa palabra múltiples veces siempre que me miraban, creo que el mensaje era claro.

Y ahora Ciel… una madre primeriza bastante hermosa si me lo preguntas a mi, tiene un rostro bastante sutil y joven, demasiado joven diría yo.

Quizá tenga veinte o veintitrés años. Denotaba un cálido cabello grisáceo, complexión bastante delgada y un poco plana para mi gusto.

Al parecer el parto le había sentado mal porque justo después de verme y llamarme por primera vez con mi nombre, ella se desplomó en la cama.

A mi cuidado tenía a una señora bastante grande, quizá alcanzaba los cincuenta o poco más. Ella me miraba con envidia. ¿Acaso, soy o me parezco anciana?


Creo que nací sin padre, después de 5 días nunca vi el rostro de un hombre, tampoco puedo decir que haya conocido mucho de este nuevo lugar. No he salido de este austero cuarto desde que llegué aquí. Mi madre solo me amamanta y me cuenta una gran cantidad de cosas. Si tan solo entendiera lo que dice.


Han pasado diez días, la anciana ha vuelto, el color de mi madre al parecer ha mejorado mucho ya no duerme todo el día junto a mi y se le ve más despierta.

Cinco días después la anciana regresó una vez más, en esta ocasión me revisó a mí.

Oye, ten cuidado, soy bastante frágil.

Me tomó por una pierna y me levantò. Mi mundo dio un giro de ciento ochenta grados. Por unos momentos pude verlo todo. Aunque de cabeza.

Mi madre vestía ropa algo sencilla, la anciana tenía un toque más apegado a este aspecto aunque no muy distinta a mi madre.

Había un candelabro enorme en el techo. Excelente decoración. La ventana junto a la habitación había sido sellada con… ¿papel? ¿Mantas? Sea cual fuera la razón, se nota que intentaban ocultar o tapar algo apresuradamente.

Después de darme una vuelta sobre mi propio eje y revisarme a detalle, la anciana me regresó a mi madre.

Tal vez sean buenas noticias porque justo después mi madre soltó una gran sonrisa y me abrazó con fuerza. Quizá yo no había nacido en las mejores condiciones.


Este maldito cuerpo no responde a lo que quiero hacer. Han pasado veinte días y lo único que puedo hacer es defecar, dormir y comer. Aunque es muy vergonzoso cada que debo hacer mis necesidades ya que no puedo controlarlas. La comida nunca es suficiente, tal vez Madre no tenga las reservas necesarias para alguien en crecimiento como yo. Te maldigo anatomía pequeña.


Han pasado veintisiete días o al menos eso es lo que intuyo. No he salido de esta maldita habitación, cada que me quedo dormido puedo sentir a mi madre dejarme gentilmente en la cama y salir delicadamente. ¿Quizá no puedo salir por alguna razón? Poco a poco intento ver mis brazos y piernas en busca de alguna deformidad o algo pero siempre estoy envuelto en un mar de mantas.


Han pasado treinta días y al fin pude conocer el mundo exterior! O eso pensé pero lo único que conseguí de Madre fue que me sacara de esa habitación. El lugar era un poco humilde, teníamos una chimenea, estaba algo oscuro, al parecer era de madrugada, el sol apenas nos llenaba con sus cálidos rayos. Mi madre recibió visitas ese día. Caras un poco parecidas a mi madre pasaban una a una viendo y contemplando mi belleza. Fue un poco incómodo pero algo que pude denotar es que todos tenían ese toque grisáceo en el cabello. Algunos portaban una melena Gris completamente intensa mientras que otros tenían el cabello negro con toques tiznados y blancos. Quizá eran parientes de Madre.


Ha pasado más o menos un trimestre desde mi nacimiento. He podido asociar bastantes palabras y oraciones que dice madre. En ocasiones me tomaba y me paseaba por la casa diciendo el nombre de cada cosa con extrema lentitud y paciencia. En un par de ocasiones casi me tiraba pero rápidamente tomaba el control de mi y continuaba con su recorrido. Que puedo decir… madre primeriza.

Algo de lo que me enteré es que nací en una familia pobre. O bueno eso pensé después de ver que cocinaban con leña. ¿Acaso las estufas son muy caras por estos lares?


Después de un año completo conseguí gatear por la casa. Mi madre me veía orgullosa aunque un poco desalentada ya que mi gateo era algo espectacular para alguien de mi edad. ¿Tal vez era raro ver a un niño de un año recorriendo toda la sala sin problema alguno.

Un par de días después la anciana regresó.

Ya hacía tiempo que no te veía vieja, te conservas cada vez peor pero bueno, es parte de la vida.

Sus ojos eran saltones y pesados, al parecer estaba muy sorprendida.


-No lo puedo creer, a tan corta edad y es capaz de moverse así. Al parecer si es alguien afortunado Ciel, después de todo ustedes han pasado por mucho.

-Muchas gracias Marfel, sin ti creo que no lo hubiera logrado, en verdad ¡Gracias!


Madre me miraba muy orgullosa, esa mujer era un encanto, daría su vida por mi sin dudarlo. Espera un segundo que es eso que sacó la anciana.


-Aquí está mi presente Ciel, tal vez sea un poco extraño pero creo que a cierta personita le ayudara.

-Muchas gracias Marfel, no se como podré pagarte esto.

-Descuida, sé que él será alguien grande como tú.


Desde mi altura no podía distinguir que tenían entre las manos, estaba envuelto en una clase de trapos, ¿quizá sea dinero? Ahora que lo pienso, Madre nunca ha salido a trabajar o algo por el estilo.

Siempre había un chico que traía los alimentos que Madre comía. ¿Quizá al final de todo si seamos ricos pero Madre sea ese tipo de persona que se siente mejor con algo sencillo como hogar ?


***

Han pasado 2 años más, recién cumplo mis tres años, ya puedo tener una buena conversación con Madre. Ella era una mujer estupenda, nuestra vida giraba en torno a esta pequeña casa. Siempre teníamos un libro nuevo cada noche el cual madre me leía con dedicación. El exterior pintaba a que sería un lugar increíble, quizá un pueblo mágico,

sin en cambio me encontré con una pequeña decepción, vivíamos en un campo.

No puedo negar que por el hecho de que estábamos en un lugar bastante alejado de lo que llamaría civilización, no podría ser feliz, pero estaba equivocado. No teníamos luz, Madre cocinaba con leña y en múltiples ocasiones nuestra comida solía ser la misma. Pero Madre siempre sabía darle un toque especial. Mi vida era buena.


Capítulo 2 Un mundo diferente.


Era muy temprano por la mañana cuando llamaron a nuestra puerta, el día anterior. Madre me había leído un libro completo hasta la madrugada así que fue difícil atender la puerta al instante pero la ansiedad de los golpes cada vez se hacía más clara. Realice un esfuerzo sobrehumano para salir de la cama y escuchar el porqué de tanto escándalo.

-Ciel, esto es muy grave, las cosechas están siendo atacadas por una plaga, según el anciano es del tipo que devora todo en una noche, nos dimos cuenta en la mañana y ya no nos queda tiempo. El hijo de Glit salió a caballo hace tiempo por el repelente pero necesitamos tu ayuda.


-Entiendo la situación Eliot pero no puedo dejar a Sebastián solo. El aún no completa su visión.

-Demonios, iré por unas vendas, prepara lo que necesites.


¿Visión? No había escuchado esa palabra en absoluto. Tal vez sea algún tipo de bautizo o ceremonia religiosa? Mientras vagaba con mis propias conclusiones Madre entró a la habitación, cabe recalcar que yo dormía con ella cada noche en la misma cama. Se acercó a su ropero y detrás de la ropa escondido en una esquina sacó una especie de bastón. La punta estaba cubierta con trozos de tela. Ella me miró a los ojos orgullosa de mostrarme al fin dicho bastón, parecía que se había quitado un peso de encima cuando lo sacó.


-Sebastián prométeme que no te separarás de mí en ningún momento y por favor no te quites ninguna de las vendas.

-¿Vendas? mamá Acaso estoy enfermo?

-No mi niño pero es necesario, te lo explicaré en su momento..


La puerta de nuestra casa se abrió de golpe, Eliot había entrado con sus manos llenas.


-Tengo las vendas Ciel, ayúdame con una.

-Gracias Eliot.


Eliot y Madre empezaron a cubrir cada parte de mi cuerpo. Yo giraba sin parar mientras tapaban con extrema cautela mi rostro y cabello, solo dejaron espacio para mi boca y ojos. Mis brazos aún estaban un poco libres pero mi pecho estaba cubierto por encima de mi pijama. Solo tenía descubiertas las piernas y brazos. Parecía una momia.


-Está listo Ciel, vamos, ya debería estar llegando el mensajero.


Madre tomó su bastón con una mano y a mí con la otra. Su paso era rápido, me costaba un poco seguirla ya que aún no controlaba bien el caminar pero me las apañe para corresponder su ritmo.

Mis primeros momentos en el exterior fueron… normales. Como sospechaba al parecer estaba en medio de un pueblo marginal a muy a las afueras de la ciudad. No teníamos electricidad y los caminos aún eran líneas de tierra marcadas por el paso de los habitantes. Teníamos caballos y un pozo del cual seguramente venía el agua. A nuestro alrededor teníamos grandes pastizales. Era un lugar completamente limpio y basto. El aire se sentía relajante, las corrientes eran perfectas, el amanecer correspondió en el momento indicado mostrando ápices de calidez entre las hojas de los árboles. El camino se iluminó al paso de nuestro recorrido. Era increíble, yo venía de una ciudad muy ajetreada y estresante. Este lugar era el opuesto a mi antiguo hogar, me sentía muy feliz de estar aquí.

Recorrimos gran parte de nuestro pequeño pueblo hasta que llegamos a un estilo de sembradíos de trigo. No se si era por lo corto de mi estatura pero era increíble la vista, no podía determinar dónde terminaba la cosecha. Para mí era algo completamente nuevo, nunca había vivido en carne propia la vida de campo.

Había algo mal, el tallo del sembradío estaba de un color verdoso, no era muy visible pero allí estaba. Tal vez esa sea la plaga que tantos problemas está causando. Mientras madre conversaba con los que intuí eran los granjeros una pequeña multitud de gente se empezaba a acumular. Todos me miraban de una manera rara. Bueno si yo viera alguien cubierto con vendas, hasta yo lo vería raro. Toda la atención que en un inicio me pertenecía fue trasladada a la de un chico que venía a toda prisa en un caballo. El galope era un poco malo, el caballo no estaba en las mejores condiciones pero hacía su esfuerzo para corresponder a su jinete.


-La…tengo.


El mensajero no dejaba de jadear como si de un maratón se tratase, es sus manos traía una botella algo extravagante a mi parecer.


-Con esto bastará?

-No te preocupes gracias por tu ayuda.


Madre tomó la botella y la analizó, el contenido era muy poco, no más de quinientos mililitros. Giró su rostro dirigiendo su atención hacia mi. Una hermosa sonrisa llena de orgullo y seguridad floreció de manera natural, decía mírame.

Madre descubrió la punta de su bastón con un poco de dificultad. La cabeza del trozo de madera fue expuesta y denotaba una pequeña roca en su centro, la cual era sostenida por una especia de base en forma de C que encerraba entre sus puntas dicha esfera. La calidad era espectacular, no puedo describir de qué material estaba hecha la punta del bastón pero era increíble. Madre lo levantó con un mínimo de dificultad, al parecer el tiempo había hecho lo suyo, lo sacudió un poco para acostumbrarse a su peso y comenzó.

-Oh gran serpiente emplumada, brinda a tus hijos el poder del agua. Bola de agua.

Una fuerte corriente sopló en respuesta a las palabras de Madre, los árboles rugieron con fuerza y los tallos de la cosecha temblaron en consecuencia. Mi cuerpo se erizo al completo por unos instantes. No podía creer lo que veía. En la punta del bastón de mi madre había una burbuja, no, más bien una bola de agua, que se hacía más y más grande. Acaso esto era real? No era un sueño de niño de tres años? Tal vez seguía dormido a lado de Madre y solo estoy tardando un poco en … No, esto era real. Madre retiró con su pulgar el tapón de la botella y la arrojó directo a la bola en la punta de su bastón. El color del agua tomó un tono verde aqua en su interior el cual se fue esparciendo poco a poco en la que era ahora una gran esfera de agua. Una vez que el color era ecuánime madre recitó una última vez.

-Destruye a aquellos a los que te han abandonado, !Ahora ve¡

La bola tomó una velocidad y altura increíble, se ubicó en lo que parecía el centro del campo y explotó.

El ruido no fue estruendoso, era como una cascada que encontraba final con sí misma en lo profundo de un pequeño acantilado seguido de un rocío natural de la madre tierra. Pequeñas gotas cayeron desde lo alto rociando por completo el trigo y no solo eso, la brisa que también recibimos nosotros fue refrescante. El sol hizo lo suyo formando un arco de colores en lo alto, alabando la gran primera hazaña del día. Mamá era increíble.

Todo mundo aplaudió ante tal hazaña, el sembradío empezó a tomar poco a poco su color normal, al parecer todo fue un éxito. Madre aceptó educadamente los aplausos, se notaba que no era la primera vez que pasaba por esto pero en esta ocasión algo había cambiado. Un poco apenada agradeció el apoyo y procedió a retirarse.

-Nos vamos Sebastián.

Yo estaba quieto, creo que la reacción que tuve no es digna de un niño de tres años, cualquiera estaría fascinado de descubrir que la magia existía.

Aquí venía el problema, aquello que solo veías en novelas, cuentos y libros era real aquí. Lo que me dejó pensando que realmente yo ya no estaba en mi antiguo mundo, estaba en otro.

Madre golpeó con sus dedos mi frente, sacándome de mi pequeño trance.


-Tienes algo?

-Eres increíble madre.

-Muchas gracias.


La sonrisa volvió a aparecer, ella mostraba un orgullo enorme al encontrar esas palabras provenientes de su único hijo.

Ambos nos tomamos de la mano y regresamos a casa.

El camino fue silencioso, yo tenía muchas dudas pero no quería arruinar el momento, el sol estaba en un punto estupendo. Aprecié una vez más mi alrededor, ahora con otros ojos y disfruté del momento.

Cuando llegamos a casa lo primero que hice fue deshacerme de las vendas, aunque todo salió mal y terminé enredado por todos lados. Madre se acercó y me ayudó.

Pasamos el día leyendo y conversando lo que pasó, madre evitó ciertas preguntas diciendo que cuando cumpliera cuatro lo entendería.


Una vez más el tiempo pasó volando, yo recién iba a cumplir los cuatro años el día de hoy, estaba feliz y un poco ansioso. Durante este tiempo llenaba de preguntas a madre sobre la magia, el cómo funcionaba y todo lo que podía hacer. Ella me comentó que no era muy buena con la teoría y que además era muy pequeño para estar hablando de ello, que debía enfocarme en lo que era y eso era, ser un niño.

En ocasiones por la tarde me paraba frente a la sala y repetía el hechizo que Madre usó ese día. Pero no pasaba nada. Incluso una vez tomé el Báculo de Madre y lo volví a intentar pero por segunda ocasión nada pasó, además recibí un golpe en la cabeza en reprimenda por tomar algo que no me pertenece. Lo único que podía sentir en cada ocasión era un fuerte golpeteo en mi interior, pero no más.

En este tiempo me enfoque bastante en aprender a leer y a hablar de una mejor manera y madre fue una increíble maestra apoyándome en cada cosa.


Así llegamos a este día tan especial, y porque era especial?


Pues era el día en el que conocería lo que era esa tal visión. Al parecer a todos los chicos de cuatro años se les realiza un tipo de ceremonia. No sabía más acerca de esto, Madre guardó el secreto hasta el día de hoy.


Capítulo 3 Un nuevo yo


El día empezó más normal que de costumbre, nos levantamos, cepillamos nuestros dientes y empezamos el día. Madre se encargaba del desayuno y yo de las pequeñas tareas. Cómo limpiar nuestra habitación, levantar la cama, doblar las mantas, en fin , los quehaceres de un niño de cuatro años.


Madre me llamó a desayunar y procedí a sentarme en la mesa. El desayuno era un filete de carne, papas con ajo y algo parecido a la lechuga rayada, aunque esta última no se parecía en nada a la que conocía, solo el sabor. Era extraño tener algo de este estilo por la mañana.


-Genial, mi favorito mami, muchas gracias.

-De nada mi niño, come todo lo que quieras. Necesitarás fuerza. El día de hoy será uno muy pesado, por eso empezaremos con la comida en vez del desayuno.

-Por cierto madre, crees que ya me puedas decir ¿qué vamos a hacer?


Yo tenía pensada una fiesta sorpresa con los invitados que tuvimos hace mucho tiempo en mi nacimiento, ahora que lo pienso, nunca más volvieron a venir. Sí hacía preguntas al respecto tal vez sea un poco sospechoso, después de todo, ¿qué niño tiene recuerdos de cuando nació? No dudo que alguno los tenga pero en esta ocasión no seré la excepción.


-Lo siento Sebas pero es algo que no te puedo comentar, es algo que debes lograr por tu cuenta?

-Por mi cuenta?

-Ahora come, que empezaremos después del desayuno.


Procedí a terminar mi desayuno, como siempre la comida de madre era estupenda. Creo deberíamos abrir un local de comida, estoy seguro que Madre llenaría todas la mesas a diario.

Terminé mi comida sin mayor problema, la disfruté un poco menos de lo habitual debido a la ansiedad sobre el tema de la visión, pero aún así no dejaba de ser un buen platillo.

Ayude a madre con la limpieza de la comida y después me pidió esperar en nuestra habitación.

Escuché que Madre buscaba algo que estaba en la sala y entró de vuelta a la habitación.

Era el trozo de tela que hace mucho le dio la anciana a Madre. La tela que la cubría se veía un poco más vieja y polvosa. Mafe desenvolvió poco a poco el artilugio. Mi madre estaba a mil por hora, acaso será una piedra mágica súper rara, o quizá un colmillo de basilisco. Tal vez para conseguir mis poderes deba enterrarlo en un libro oscuro o algo parecido. Cuando madre me mostró el artilugio me decepcioné un poco. Era un espejo, no tenía más de veinte centímetros de radio, era algo parecido a un octeto y estaba bastante sucio, aunque el reflejo era visible.

-Escúchame Sebastián, saldré de la habitación, en cuanto cierre esa puerta quiero que te mires directamente al espejo. No tengas miedo, solo enfócate en ti y nada más.

-Entiendo.

Madre me entregó el espejo envuelto en una manta delgada, una vez cerró la puerta de la habitación tomé lugar en la cama y retiré la manta.

Era la primera vez que podía ver mi rostro directamente. Lo había visto en ocasiones en reflejos en nuestra ventana o tal vez pequeños cubos de agua cuando Madre traía el agua del pozo. Pero nunca había visto mi rostro con esta cautela. Wow, de verdad soy un galan. Al parecer había heredado bastantes rasgos de madre. Mi cara era lisa y tersa. Mi ojos tenía una definición casi femenina pero mi mirada era una masculina. Tenía ojos color miel, incluso más claros que el amanecer. Mi pelo ya era demasiado largo, podría decir que lo tenía como mujer, me llegaba por debajo de la barbilla. Y el color de mi pelo era castaño, tal vez podría decir color avellana.

Esto era raro, mi cabello no parecía en lo absoluto al de madre, mis ojos tampoco eran parecidos a los de ella. Pero el rostro era muy parecido, tanto que era inefable decir que era mi madre. Tal vez yo había heredado más rasgos de mi padre.

Mientras más concentraba mi mirada en mi rostro más hipnotizante se volvía. Pocos segundos después perdí mi sentido del habla y del oído. Solo tenía la visión. No tenía miedo, era como tener los oídos tapados, pero algo estaba mal, poco a poco mi mente se nubló hasta que perdí el conocimiento.


***

Esto debe ser una broma. Que demonios hago con mi antiguo cuerpo… pero qué hago aquí?

De verdad todo eso fue… ¿Es un sueño?

Noo, esto no puede ser, yo llevaba 4 años siendo Sebastián, los sueños no son así de largos.

Espera qué haces aquí padre?

Mi padre, después de que cometiera el peor error de mi vida en mi antigua vida, fue el primero en darme la espalda. Después de todo, ¿quién no lo haría? No puedo decir que era basura porque hasta en los de mi tipo hay niveles pero no siempre tome buenas decisiones.

Mi padre me miró directo a los ojos, había un aura vacía en ellos. Acaso era desaprobación o quizá miedo? Era difícil aceptar, se dió la vuelta y camino.

Quería detenerlo pero mi cuerpo no reaccionaba, era como si estuviera estático. No sentía ninguna extremidad, era como si fuera un simple ente vagando. A caso es… si, mi madre ahora estaba en frente mio. Su cara estaba llena de tristeza. Ella fue la más decepcionada de mis acciones, después de todo le mentí de manera cruel y descarada. Yo era basura. Ella confío en mí y yo la apuñale por la espalda. Merecía morir y desaparecer. Mis recuerdos entraron como un cuchillo a la garganta, había empezado a acostumbrarme a ese nuevo cuerpo y vida pero, de verdad podría cambiar algo? ¿Sería capaz de tomar un buen camino? Mi mente quedó en blanco por la presión, solo quería desaparecer.


-Bueno bueno que tenemos aquí? creo que eres bastante patético, más de lo que esperaba.

¿Cuál era esa voz?

-Yujuuu estoy aquí.

-¿Quién eres tú?

Mi cuerpo, el de Sebastián se había materializado de alguna manera. Lo que me permitió formular la pregunta.

-Yo soy tu.

- Tu eres yo? ¿Qué carajos significa eso?

-Mmm como lo pongo en una forma que tú entiendas?... Tu eres yo y yo soy tu. Somos la misma persona.

- De qué diablos hablas…

-Sere claro idiota, yo te preste mi cuerpo.

- ¿Tú me prestaste? - Respondi incredulo.

- Acaso no sabes hacer otra cosa además de hacer preguntas? Mira, el tiempo que tenemos es limitado, así que presta atención. Estás en tu prueba de visión, tu no tienes mana, por lo cual fracasaras las pruebas.

-Y tú cómo sabes eso ?

- Dios, a que idiota vine a tomar. Escucha, la prueba de la visión es una manera de saber si el usuario tiene magia en su interior, uno de cada diez niños en este mundo no tiene magia y tu eres uno de ellos.

De alguna manera la voz del sujeto sonaba familiar, era como si lo conociese desde hace mucho tiempo. No puedo ser claro en decir cómo se veía, era como verme en un espejo. Tenía la misma ropa cuerpo complexión, pero su cuerpo era blanco.

-Yo se que soy blanco, así que deja de divagar y presta atención. Cómo dije, no tienes mana. Pero tengo un trato para ti, qué te parece si yo te presto el mío?

-Cómo diablos sabes que estoy pensando? Espera, tu me prestarias mana ?

- Claro, ya nos vamos entendiendo. Aunque no será mucho, después de todo, tú eres el dueño del cuerpo, yo solo soy un huésped más. Mis reservas son… ¿cómo podría decirlo?

Algo normal, así que cuídalas.

-Me imagino que querrás algo a cambio cierto? Nada en la vida es gratis. Eso lo sé de antemano.

Aplausos lentos y sarcásticos irrumpieron el silencio del ambiente.

-Vaya vaya, veo que no eres tan idiota. La respuesta es Sí, pero será algo que no te debería importar mucho, creeme. Quiero que compartas tus recuerdos, solo eso.

- Mis recuerdos? Y para qué quieres eso?

- La gente que ví hace poco se veía interesante, además… que puedo decir, estar aquí es aburrido, sabes? No me vendría mal algo de entretenimiento, descuida solo me compartiras tus memorias, no más, no menos.


No era una persona confiada pero algo me hacía sentirme seguro al platicar con él, acaso era su voz? La sentía bastante calmada, tenía ese estilo de voz pasiva y tranquila que caracteriza a los psicólogos experimentados.


-Tratare, pero no sé cómo hacer para compartirlos, no es como que pueda hacer una USB de mi cabeza y dártela.

- USB? Que concepto tan extraño, descuida, solo cerremos el trato con un amistoso apretón de manos.


El sujeto levantó su mano en ofrecimiento.

No podía notar mucho en su rostro, quizá estaba sonriendo, pero… acaso era una sonrisa amistosa o… creo que estoy sobre pensado todo como siempre.


-Hecho.

Tome su mano de manera fuerte y firme. Sentí un miedo terrible después de cerrar al completo mi mano. Una fuerte corriente subió desde mis pies, que pasó por todo mi cuerpo y terminó en mi cabeza, la cual terminó pasando por mi mano.

Desperté abruptamente en la habitación. Mi cuerpo estaba ardiendo, mi garganta estaba seca y mi palma derecha estaba temblando.

Tomé el espejo que estaba reposando en mi pecho y lo levanté directo a mi rostro.

Este se rompió de manera abrupta entre mis manos y cayó al suelo.

De manera sorpresiva la puerta de la habitación se abrió de golpe. Era madre.

-Felicidades Sebas, ahora eres un mago.

-Un que?


Capítulo 4 El poder de un mago.


Han pasado dos días desde que realicé mi Visión. Aún tengo bastante dudas de cómo es que funciona todo esto. Estaba bastante confundido con el tipo que vi en aquel sueño. Mi idea es que quizá él sea el tipo de ente en cual había pensado, con el que debía cerrar un trato para poder realizar magia. Tal vez era la prueba que debía pasar para poder conseguir mana. Bueno, sea como fuese, ahora tengo mana. Intenté realizar justo después el hechizo de bola de agua de Madre pero nada pasó.

Madre me explicó que primero debía recargar mis reservas de maná y después podría intentarlo.

Y así fue como llegamos a hoy, al parecer tenía que esperar por seguridad dos días enteros para poder intentar realizar mi primer hechizo. A lo largo del primer día pude sentir un cansancio extremo en cada extremo de mi cuerpo. Me sentía como si hubiese acudido al gimnasio después de años de no haber realizado ninguna actividad física. Me dolía cada músculo de mi cuerpo.

Después del primer día mi cuerpo se sentía más ligero, en mi interior era como si algo estuviese alimentando mi cuerpo, era un tipo de sensación extraña. No sabría cómo explicarla. Al segundo día me sentía con mucha energía, mi cuerpo estaba listo.


Madre me llevó cerca de un pequeño campo no muy lejos de casa. Me miró a los ojos, su mirada parecía evaluarme de una manera un tanto extraña. Nunca la había visto verme así.

-Hijo, recuerdas las palabras del hechizo que lancé hace tiempo?

- Si madre, las repaso cada día en mi mente desde ese momento.

-Bien, ahora pronúncialas fuerte y claro.


Me acomodé firmemente en el suelo, miré fijamente mi mano y la extendí.


-O gran serpiente emplumada, brinda a tus hijos el poder del agua. Bola de agua.

Cerré mis ojos para concentrarme en la forma, tipo y color del hechizo. Sentía como una energía fluía por mi cuerpo, esta se drena lentamente de una forma concisa. Abrí mis ojos esperando una gran bola de agua flotando justo enfrente de mi mano pero no había nada.

Demonios, fallé.

Justo cuando perdí mi concentración debido al enfado, una pequeña cantidad de agua cayó sobre mi cabeza.

-¿Qué es esto?

-Felicidades Sebas, completaste tu primer hechizo.

Madre me levantó entre sus brazos, no le importó que estuviera completamente mojado. Tan solo me abrazo con fuerza y cariño. Al parecer lo había logrado, no de la forma que quería pero es lo de menos.

Una vez madre terminó de halagarme por mi hazaña, regresó a su mirada sería.

-Sebastián. A partir de hoy eres un mago, serás un gran mago de eso no tengo duda pero hay algo que debes saber.

-Claro madre, dime.

-El poder de un mago es para defender y ayudar a los demás. Nunca lo uses para abusar de alguien, eso es lo peor que puedes hacer. ¿Entendido?

Me sentía como en una película cualquiera, Un gran poder conlleva una gran responsabilidad y todas esas cosas que decían.

Asentí con una gran sonrisa y abracé a mi madre,


***


Tan rápido había pasado otro año. Al fin había cumplido cinco, mi conocimiento de este mundo fue en aumento ya que había aprendido a leer de manera fluida. Madre estaba bastante orgullosa de mí. Después de un tiempo empezó a traerme libros sobre hechizos básicos, teoría de la magia, Como emplear la Magia, que es la magia y un sin fin de conocimiento.

También me enseñó sus propios hechizos como, chorro de agua, ráfaga de viento, magia de tierra y un poco de magia de fuego aunque esta última era literal convertir mi pulgar en un encendedor.

Mi experiencia con la magia aumentaba poco a poco, mis hechizos ya no terminaban cayéndome en la cabeza, en otras ocasiones también me mandaron a volar y solo en una casi incendió la casa pero esta última no fue culpa mía. Madre me dejó con un chichón en la cabeza después de eso. Mi día a día era interesante pero me sentía solitario. Después de todo, solo éramos madre y yo.


Capítulo 5 El valor de una amistad


Cada día me levantaba temprano, últimamente madre había puesto una cama extra en la habitación ya que mi tamaño me impedía seguir compartiendo cama con ella. La base era de tierra, está la creaba madre cada noche para poder armar la cama con una colchoneta extra y por de mantas y pum, teníamos un lugar de reposo extra.

Cada noche intentaba crear la base por mi cuenta pero siempre terminaba con una pata menos, la base no era lo suficientemente firme, en fin, eran los intentos de un niño después de todo. Después de levantarme y darme una buena lavada de cara con magia de agua procedía a realizar mis deberes, estos consistían en: levantar mi cama, traer agua del pozo, limpiar nuestra habitación y por último y no menos importante ayudar con el desayuno. Una vez que todas las tareas se cumplían madre me daba su permiso para salir a practicar magia.

Mis días fueron así por un buen tiempo, madre en ocasiones salía conmigo y me enseñaba una que otra cosa, pero sentía que a veces se arrepentía de enseñarme ciertas cosas y en ocasiones no. Era como si sintiera culpa de hacerlo y a la vez no.

Mi plan el día de hoy era poder realizar más de 6 veces seguidas la bola de Agua sin caer inconsciente en el intento. Últimamente me di cuenta que el maná que poseí era más que regular, madre me comentó que mi capacidad mágica era algo baja más que normal, lo que me hizo recordar el día de la Visión y las palabras de aquel ente. Mi teoría era que si gastaba a diario mi mana al completo tal vez este crecería con el tiempo, después de todo mi experiencia me decía que si hacía ejercicio podría soportar cada vez más, es decir mejorar mi cuerpo y mi condición física y quería aplicar el mismo concepto pero enfocado en la magia. Entonces cada día caminaba unos diez minutos de casa y practicaba en un campo un tanto apartado que tenía un gran cedro el cual usaba como objetivo. Lo había llamado Arbolin.

En esta ocasión en mi camino vi que la pequeña casa que estaba bajo construcción desde hace un tiempo ya, estaba siendo ocupada. Una linda Señora estaba afuera, al parecer hablando con un par de granjeros. Le tomé la menor importancia y seguí con mi camino.

Mi práctica había sido un éxito, mis bolas de agua no eran de la calidad que esperaba, pero eran buenas para un niño de mi edad. Siempre que lanzaba por quinta ocasión consecutiva mi hechizo de agua mi cuerpo se sentía tembloroso. Esto era un indicador de que si usaba el hechizo o cualquier otro una vez más, caería inconsciente por falta de mana. Entonces me recosté en la sombra bajo las hojas de Arbolin. Evalúe por unos segundo la brisa y el aire. Asentí a la extrema calidad de estas y realicé mi hechizo una vez más. Mi mente se perdió, era como cuando te quedabas dormido viendo una película. Te desvaneces poco a poco.


***


-Oye te encuentras bien?…

Sentía como si Arbolin me picara con una de sus ramas. Jejeje ya basta Arbolin, me vas a hacer cosquillas.

-Oye, estás muerto?

Arbolin de te dije que…. Espera un momento.

Tome un fuerte suspiro mientras me levantaba a toda velocidad, era como cuando sueñas que te caes de un lugar muy alto, esa fue mi sensación.

Sentí dos golpes más en mis costillas.

-AHHHHH!

-Por las escamas de Fent, casi me matas del susto.

-Oye… podrías dejar de picarme por favor.

La chica después de esto me seguía picando con una rama de Arbolin seguramente.

-Ups, lo siento.

-No te preocupes, gracias. Por cierto, ¿quién eres?


No podía ver bien a la chica, y digo chica porque su voz era lo bastante femenina como para que fuera confundida por un chico. Vestía un pantalón y un par de zapatillas bastante usadas pero limpias y un estilo de sudadera con capucha. Esta última le cubría su pelo y parte de su rostro.

-Perdona mis modales, mi nombre es Sajar, tengo seis y en un par de meses cumplo siete años,recién acabo de llegar aquí. Es un placer.

La chica hizo una pequeña reverencia, y sonrió con plena naturalidad.

No sabía concretamente cuál era la manera correcta de responder a su saludo así que simplemente seguí la corriente.

-Mi nombre es Sebastián, tengo cinco años y llevo viviendo toda mi vida aquí.

La chica esperaba algo más, no tenía ni la menor idea de que era. Mi ansiedad me llevó a ponerme un poco nervioso, su rostro se veía un tanto decepcionado. Mi instinto me dijo que tomara su mano y fue lo que hice, seguido de eso agaché mi rostro y la besé de la manera más caballerosa posible, haciendo alusión a un gran soldado sirviendo a su princesa. Cuando despegué mis labios de su mano sentí un fuerte golpe en mi rostro. Quizá me haya desmayado por un par de segundos o quizá minutos. No lo sabía, simplemente cuando recobre de nuevo el conocimiento, ya no había nadie. Genial, soy un idiota, ahora veo porque me quedé solo en la otra vida.

Con una cara de decepción decidí regresar a casa, el camino fue bastante rápido, en mi mente no podía sacar esa pequeña niña de hace poco, después de todo, yo era prácticamente el único niño aquí. La persona con edad más cercana a mi tenía 19 años, así que no teníamos nada en común por más que quisiese. Tal vez podría hablar un poco de mi experiencia en la otra vida pero eso sería algo raro, así que me quité esa idea de la cabeza y continué mi camino a casa.

Cuando llegué Madre me vio con cara de preocupación y rápidamente se puso de rodillas viéndome el rostro.

-Pero qué te ha pasado ?

-Pasarme donde?

-Tienes el cachete todo inflamado, ¿acaso un hechizo salió mal?

No sabía cómo responder, si decía que fui golpeado por una chica sería algo malo? O quizás debería mentir y seguirle el juego ? No sabía cuál decisión tomar.

-Mmm si madre, una roca de tierra rebotó del árbol que usó como blanco y me golpeó, pensé que no era nada grave, perdóname .

-No te preocupes, los accidentes pasan, la siguiente ten más cuidado.

-Claro madre.

-Ahora límpiate, la cena está lista.

Pase el resto del día contándole a madre lo que había logrado, omitiendo obviamente los detalles de Sajar.


Habían pasado alrededor de diez, no había visto por ningún lado a Sajar, he estado repitiendo mi misma rutina durante los últimos días. Madre había comenzado a salir más a menudo. ¿A dónde estará yendo? Me preguntaba cada vez que salía. En ocasiones regresaba de mi entrenamiento y ella no estaba por ningún lado. En otras llegaba pasadas una o dos horas. Bueno, no puedo pedir que se quede todo el día en la casa, igual no hace mal tomar aire y platicar con personas de vez en cuando. Últimamente he notado que se acerca el invierno. El clima cada vez suele ser más frío pero aún no ha nevado. No sería noticia si el manto blanco nos cubría un día de estos. También madre estuvo trabajando estos últimos días, debido a que nuestras reservas de leña estaban prácticamente llenas. Esto era bastante común en ella, era una persona que siempre estaba preparada.

Después de regresar del entrenamiento no había mucho que hacer, en ocasiones me ponía a leer pero hoy era de esos días en los que sientes que no tienes el humor o la fuerza para realizar ninguna de tus actividades diarias. Quería romper la rutina. Pero no sabía cómo. Madre llegó después de un par de minutos, y no venía sola.


-Sebas, ya llegué cariño.

-Bienvenida a casa madre.

-Tenemos visitas hijo, ayúdame a preparar la mesa.


Madre pasó la puerta y detrás de ella venía la nueva vecina, es decir la mujer que había visto hace ya un par de días. Para mi sorpresa no venía sola, detrás de ella venía una pequeña persona que se ocultaba detrás de sus piernas, era Sajar.

Ella me miró un poco sorprendida y sonrojada, venía con la misma ropa que la última vez. En esta ocasión pude ver de mejor manera su rostro, era bastante lindo, aunque solo podía ver su cara. Su capucha seguía cubriendo toda su cabellera. Acaso será la moda aquí o trata de ocultar algo. Quedó un poco en shock debido a la situación y madre procedió con la presentación. Como bien a ella ya la conocían, me presentó a mi.

-Herta, él es mi hijo Sebastián.

-Un placer Sebastián, yo soy Herta.

-Sebastián, Herta tiene una hija, se llama Sajar, ella es solo por muy poco más grande que tú así que porque no se conocen, se que pueden ser grandes amigos.

Sajar se veía bastante sonrojada con todo esto, ella parecía estar bastante extraña desde que me volvió a ver.

¿Acaso tan mal le sentó el beso en su mano? Quiero decir, no soy feo, pero tampoco soy guapo. Al menos una explicación me merecía.

No era el momento de pensar en eso. Me acerqué como todo un caballero y me presenté como el hombre que soy.

-Hola, mucho Gusto Sajar soy Sebastian, un placer.

Extendí mi mano esperando un apretón, ella muy sonrojada se despegó de su madre.

-Hola Sebastián, un placer soy Sajar.

En el momento en el que nuestros dedos chocaron ella rápidamente apartó su mano.

Y su cara se volvió un tomate en tan solo un parpadeo.

-¿Qué te pasa hija, tu normalmente no eres así?

Sajar se quedó muda ante esa pregunta.

Mi madre me dirigió una mirada un tanto cómplice. Estoy seguro que era una mirada que decía Ya es tuya galán. Mi madre procedió a interrumpir el incómodo momento ayudándome en el proceso.

-La comida está lista, ayúdenme a calentarla. ¿Me Ayudas Herta? dejemos que los niños pongan la mesa.

La cena fue bastante buena, la comida de madre siempre era excelente. Está recibió bastantes halagos tanto de Herta como Sajar. La conversación durante la comida fue bastante entretenida, Herta nos contó el motivo por el cual habían llegado a nuestro pueblo el que por cierto tenía el nombre de Aldea Selda. Ellos venían de un lugar bastante lejos, el nombre no lo recuerdo ya que lo pronuncia de una manera muy extraña. Su recorrido duró alrededor de un año. Un año en el cual ellos estuvieron sobreviviendo a ataques de monstruos, problemas con los idiomas de los distintos reinos y demás cosas que omitieron. Ellos abandonaron su hogar debido a una guerra que se aproximaba, los detalles también los omitió debido a que yo estaba presente. No importa el mundo ni el lugar ni la persona, en todos lados la costumbre de proteger a los niños, era la cosa más sagrada del mundo.

En toda esta historia Sajàr se veía un un poco preocupada y aliviada en ciertos puntos, quizá en ocasiones recordaba todo lo que pasó y eso la ponía un poco ansiosa, después de todo es una niña y seguramente tenía un trauma al respecto.

Cuando nuestros ojos se conectaban en ocasiones bastante específicas ella parecía querer decir algo pero su cara se ponía bastante roja en cada ocasión.

Cuando su madre terminó la historia y todos habíamos comido lo suficiente yo decidí hacer un poco de conversación con ella, tal vez para sacarla de ese trago amargo de recuerdos.

-¿Qué te parece el lugar Sajár?

-¡Disculpa pero no puedo casarme de momento contigo, siento que debemos conocernos más

-¿Como?

Qué diablos acaba de pasar, Casarnos? Tranquila velocista.

Sus palabras fueron bastante fuertes, no podría decir que fue un grito pero sí fueron bastante fuertes las palabras, era como si todo ese sentimiento lo tuviera atorado en lo profundo de su cuerpo y simplemente lo dejó salir. Herta fue la primera en poner una cara de asombro. Su cara cambió a un semblante en blanco. Era como ver un fantasma. Madre se llevó la mano a la boca y me miró con incredulidad. ¿Tengo mis dudas si ella sabía algo?

Y como último estaba yo. No sabía qué había pasado, estábamos en una cena tranquila y de repente soltó esta bomba. Yo estaba seguro que no le había pedido matrimonio directamente, es más ni habíamos hablado veinte palabras. Acaso, esta chica está bien de la cabeza?

Madre fue la que rompió el hielo después de unos segundos incómodos.


-¿A qué te refieres con “Casarse” Sajar?

-Lo que pasa es que Sebastián me pidió matrimonio hace un par de días cerca del Árbol grande.

-Espera espera.


Aquí fue donde yo interrumpí antes de que todo se saliera de control.


-¿Me podrías decir en qué momento te pedí matrimonio?

-Justo cuando besaste mi mano.

Cuando dijo estas palabras madre dirigió una cara de shock fingido a mi posición. Ella mostraba impresión ante nuestros invitados pero el mensaje para mi era “Así se hace muchacho”

-Por cierto, perdóname por golpearte en la cara.

Madre no tardó en armar el rompecabezas.

Herta seguía un poco atónita pero ella también debió haber comprendido la situación.

-Descuida no estoy molesto por el golpe.

-¿Me perdonas?

-Claro.


Mostré mi mejor sonrisa.


-Ahora volvamos para atrás, yo no sabía que si se le besaba la mano a una mujer era indicios de que querías casarte con ella.


En este punto interrumpió Herta.


-De donde nosotros venimos Sebastián, la manera en la que una persona pide matrimonio es después de que se haya llevado una relación el hombre se arrodilla ante la mujer y besa su mano, demostrando lealtad absoluta hacia su amada.

Esa es una costumbre vieja pero no perdida.

-Ahora entiendo.

-Así que por favor, seamos amigos y conozcámonos más Sebastián.


Sajár estiró su mano, esperando por segunda ocasión una respuesta.

Que pasaría si en este punto yo vuelvo a besar su mano? La tentación y mi impulso de idiotez querían repetir.

Controle mi impulso y procedí a tomar su mano y di mi mejor apretón de manos posible.

-A partir de ahora somos amigos.

-Amigos.

Una sonrisa salió de ambas partes así como de nuestra familia.

La conversación siguió un poco más, madre y Herta platicaron un poco sobre nuestro mal entendido, culpando a nuestra corta de edad del dilema.

Al poco tiempo Herta se fue con Sajar quien prometió verme en alguna ocasión cerca de Arbolin y así fue como conseguí a mi primera amiga.


Habían pasado quince días, yo no sabía nada de Sajar ni de su mamá, en ocasiones le preguntaba a madre pero ella evadía mi pregunta con “debe estar ocupada” ella sabía algo y no quería decirme nada.

No fue hasta el quinceavo día que ella apareció en una de mis sesiones de entrenamiento cerca de Arbolin.

Pude sentir su presencia, después de todo venía tarareando una canción. Me sonaba bastante conocida pero creo que eran inventos míos.


-Hola Sebastián.

-Hola Sajar.


Ella venía con una sonrisa enorme, su semblante era feliz. La energía que traía consigo era deslumbrante. Yo en los últimos días me había sentido bastante ansioso, cada que recorría mi camino hacia Arbolin pasaba por la casa de Sajar pero esta estaba vacía en cada ocasión. Día tras día se había vuelto y lo mismo. Yo ya me sentía un poco solo y pensar que había perdido a mi reciente nueva amiga me tenía los ánimos por el suelo.

Pero esa aura que ella irradiaba cuando me saludó me cargó por completo, era como ponerle baterías nuevas a un carro de juguete viejo.

Así que di el primer paso en la conversación conduciéndola directo al grano.

-Sajar, estuve un poco preocupado por ti, ya que habíamos quedado vernos cerca de Arbolin, pero no llegaste en los últimos quince días.

-Ah! Eso… lo siento Sebas, tuve que ir con madre de viaje, el pueblo casi ciudad más cercana está a cinco días de camino a pie, como aún no tenemos caballo pues el trayecto fue largo y pesado.

Espera, ¿cómo me llamo? Sebas… solo mi madre me llamaba así. Que confianzuda és.

-Ahora lo entiendo, y que tal te fue en la ciudad ?


Yo no conocía más que este pequeño, pueblo? Aldea? Pero bueno, después de todo en mi otra vida vivía en el centro de la ciudad y era bastante caótica.

-Nos fue muy bien. Madre me llevó a la iglesia a agradecer por la ayuda que brindaron para el desalojo de personas. ¿Recuerdas que mi tierra está en guerra?

-Ahora que lo mencionas, esa guerra de quién o qué la está peleando?

-La está peleando el Reino demoníaco contra el Reino elfico.

-Espera entonces tú eres…?

La chica vaciló por unos segundos en responder esto, probablemente había tocado un tema sensible. Demonios, no la quería incomodar, no después de ese shot de energía que me dio.

-Soy humana casi… es difícil de explicar, madre y padre son humanos pero por parte de mi abuela tengo sangre demoniaca y de mi abuelo elfica, pero mis padre tiene ambos como predominante el gen humano. Así que prácticamente soy humana.

El convencimiento de sus palabras al final dejó mucho que desear, era como si no estuviera convencida al cien por ciento. Intenté no indagar más en el tema y la invité a unirse a mis prácticas para suavizar el asunto.

-¿Qué clase de magia puedes hacer?

-Mmmm… ninguna.

Dios! Me la dejas difícil niña, que se supone que hagamos si no sabes hacer magia?

-Quisieras que te enseñe?

-No estaría mal, la verdad nunca tuve actitudes para esto, y por los problemas que tenía antes nunca pude practicarla después de mi Visión.


Ahora que lo pienso, ella también hizo tal asunto de la Visón, no hará daño preguntar qué fue lo que ella hizo.


-Hablando de eso, cómo fue la tú ya, en mi caso vi…

-Detente! ¿Por qué me vas a decir eso?

-Quería comentarle a una amigo como me sentí con respecto a cuándo hice mi visión.

-Se nota que eres un niño.

¿Se nota?… si tan solo supiera que tengo mínimo cuatro veces más su edad. Pero bueno, Sajar al parecer era de las chicas a las que les gusta hacerse las maduras. Además, ella solo me gana por un año y medio como máximo, tal vez menos.

-Porque lo dices?

-No se puede hablar de eso, es tabú. Madre decía que si lo haces el demonio mayor Maynor te arrastrará al inframundo.


Recuerdo haber leído con madre algo sobre ellos, los Maynor eran una especie de raza extinta hace mucho tiempo, ellos eran capaces de traspasar su alma entre cuerpos, y prácticamente eran inmortales al menos de manera orgánica, se dice su almas eran tan viejas como la vida misma. Pero eso era solo un libro de niños.


-Entiendo, es bueno saberlo, así no cometeré el error de nuevo.


Al parecer era tabú preguntar sobre la Visión. Ahora entiendo porque madre nunca me respondía cuando le hacía la misma pregunta. Siempre me evadía de la manera en la cual una madre lo hace.


-Entonces, tienes mana? -Pregunte.

-Poco pero si.


Pasamos la tarde memorizando un hechizo de chorro de agua, el cual puedes usar con tu dedo para lanzar un pequeño shot de agua como si fuera una pistola.

Sajar tenía muy buena cabeza para la teoría, aunque la práctica ya era otro tema.

-Bien, ahora que sabes el hechizo recítalo fuerte y apunta con tu dedo al tronco de Arbolin.

-Arbolin.. que bonito nombre, lo intentaré.

Ella cerró sus ojos, tal vez quería visualizar el hechizo en su mente.

-Sultán del cielo, acudo a ti por una gota de rocío.Shot de agua.

El disparo fue directo. Se estrelló en el centro de Arbolin. El chorro fue bastante pequeño, a comparación del que yo podía hacer, pero de alguna forma el suyo era más rápido.

-Muchas felicidades Sajar.

Una sonrisa enorme se pintó en el rostro de la niña, después de todo dijo que nunca lo había intentado antes, así que puedo entender su emoción. Seguimos por el resto del día así hasta que nos tembló el cuerpo.


Terminamos recostados bajo la sombra de Arbolin, el astro enorme de luz ya daba por terminada su jornada del día. Poco a poco se despedía de nosotros. Decidí que era hora de irse a casa, Madre podría estar preocupada ya que el tiempo pasó volando junto a Sajar.

-Sajar.

-Si Sebas?

-Porque ocultas tu cabello?

Las palabras me salieron naturales, era como si esa incógnita estuviera dando vueltas en mi cabeza pero muy en lo profundo, fue algo como un fleje o humano.

-…

Su rostro decayó bastante, otra vez toqué algo sensible, maldita sea yo y mi cara estúpida cabeza o boca o no se que me hizo hacer esa estúpida pregunta.

-Cuando era más niña, hace no mucho no tenía que ocultar mi cabello pero después de huir de casa mami dijo que mi cabello me podría traer problemas. Perdona pero no puedo mostrártelo.

Problemas? A casi tenía un cabello verde y pensaban que era de raza guerrera y poderosa que asesina gente a placer ? Nee no solo pasa en novelas de mi otra vida. Quizá su problema sea de otro estilo.

-Descuida Sajar, yo no juzgaré por nada. El día que tu decidas mostrarlo yo estaré allí.

-Para ser más pequeño que yo hablas bastante bien.

-Madre dice lo mismo, gracias.

Regresamos juntos cuando la puesta del sol terminó. Como buen caballero acompañé a Sajar hasta la puerta de su casa, saludé a su madre y me dirigí a la mía.


***

Arco 1 corto


-La doncella y el ladrón.


Capítulo 1 Problemas de un nuevo mundo


Nadie sabe con exactitud si el mana estaba aquí antes de que mundo se crease o si este se creó con el mundo, aún habiendo pasado más tiempo del que me gustaría mencionar el mana es algo que aún desconocemos al cien por ciento. Pero de algo de lo que estamos seguros, es como fue descubierto. Hace mucho tiempo en las lejanías de Stacia nació un niño común y corriente, sus padres, una pareja de enamorados jóvenes y valientes.

La infancia del niño fue bastante normal y corriente. Su infancia fue bastantee buena y alegre, el amor y cariño constante de la madre y las enseñanzas y habilidades del padre dotaron al niño de una felicidad inmensa. Cuando el niño cumplió 12 años de edad comenzó a pensar en su futuro, no sabía si convertirse en un campesino humilde y trabajador como su padre o en un florista como su Madre. De lo que estaba seguro es que no importase cuál fuese su decisión, sus padre los apoyarían completamente.

Cuando el recién joven cumplió sus trece años, había tomado una desicion, descubrió que su amor por la plantas así como sus usos y utilidades era aquello que lo apasionaba. Así que en el día de su cumpleaños informó con una enorme sonrisa a sus padres de su decisión, Tal vez su desicion no fue lo que sus padres hubiesen querido pero fue aceptada con una sonrisa enorme. Cuando el joven cumplió quince años ya había aprendido todo aquello que si madre pudo enseñarle y no sólo eso si no que por su propio mérito pudo descubrir usos nuevos a distintas plantas así como brevajes. Un día por la mañana, un poco cansado debido a que estuvo realizando pruebas hasta bastantes horas de la noche, opto por ayudar a su madre en la cosecha de plantas con un aspecto peligroso, ya que estas lucien múltiples





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