Episodio 6: Despedida y nuevos caminos
Al regresar al monasterio, una oleada de emoción me impulsó a buscar a 勝郎先生. Quería contarle que por fin podía hablar y comprender mejor el idioma, que mis esfuerzos estaban dando frutos. Caminé por los pasillos silenciosos hasta el jardín, donde lo encontré meditando bajo un árbol, como siempre.
—勝郎先生, ¡puedo hablar mejor! —dije, sin poder ocultar la emoción.
勝郎先生 abrió los ojos lentamente y me observó con su habitual calma.
—Lo he notado, タケチ —dijo con una leve sonrisa—. Tu esfuerzo ha sido constante.
Sus palabras me llenaron de un orgullo incipiente, pero había algo más, algo más importante, que necesitaba decirle. Respiré hondo y reuní valor.
—千住さん me ha invitado a viajar con él. Quiero ir, pero… si los ladrones regresan, ¿qué pasará con el monasterio?
勝郎先生 cerró los ojos por un instante, como si meditara su respuesta. Luego, con voz firme, dijo:
—タケチ , en todos estos años hemos afrontado dificultades con o sin tu ayuda. No es algo que debas cargar sobre tus hombros. Has sido un buen aprendiz, pero tu camino no está aquí.
Bajé la mirada, sintiendo una mezcla de gratitud y un ligero pesar. Aunque había llegado al monasterio sin saber nada, poco a poco había aprendido más que solo un idioma.
—Cuando llegaste aquí, eras impuntual, descuidado y buscabas excusas para todo —continuó 勝郎先生—. Pero con el tiempo, aprendiste a esforzarte, a levantarte a la hora indicada, a completar tus tareas sin que te lo pidieran. No eres perfecto, pero ya no eres el mismo de antes.
Sus palabras trajeron a mi mente un recuerdo. Me vi a mí mismo, semanas atrás, cuando apenas empezaba a acostumbrarme a la rutina del templo. Recordé las veces que me quedé dormido y recibí reprimendas por mi falta de puntualidad. La frustración de no entender bien las enseñanzas. La lucha interna entre mis viejos hábitos y la disciplina que se me exigía. Pero también recordé los pequeños triunfos. La primera vez que logré completar mis tareas sin que nadie me lo recordara. La satisfacción de despertarme con el sonido de la campana antes de que alguien viniera a buscarme. El respeto que poco a poco fui ganando de los monjes al demostrar que realmente me estaba esforzando.
Volví al presente y miré a 勝郎先生 con gratitud.
—Gracias, Sensei —dije con sinceridad—. No sé si ya soy una persona disciplinada, pero sé que quiero seguir mejorando.
勝郎先生 asintió.
—Nunca dejes de esforzarte, タケチ .
Con un último saludo, me despedí de él y de los demás monjes. Sus rostros serenos reflejaban tranquilidad, como si mi partida fuera solo una parte natural del ciclo de la vida.
Al salir del templo, encontré a 千住さん esperándome.
—¿Listo para continuar? —preguntó con una sonrisa.
—Sí —respondí—. Hoy cierro un capítulo aquí, pero mi viaje apenas comienza.
Con una última mirada al monasterio, di un paso adelante. Aunque dejaba atrás un hogar temporal, sabía que lo aprendido ahí seguiría conmigo en los días por venir. Y así, con 千住さん a mi lado, emprendí el camino hacia lo desconocido.
Mientras 千住さん y yo nos alejábamos del templo, el sol comenzaba a ascender en el horizonte, tiñendo el cielo de tonos naranjas y dorados. Miré hacia atrás una última vez, viendo la silueta del templo recortada contra la luz. Una sensación de paz y anticipación me invadió. El camino por delante era incierto, lleno de desafíos y misterios, pero por primera vez desde que llegué a este mundo, sentía que tenía un propósito. La búsqueda de algo que me recordara a mi hogar había evolucionado en algo más grande: la exploración de un mundo nuevo y la búsqueda de mi propio camino en él. Y con 千住さん a mi lado, sabía que no estaría solo.