Episodio 17: La Primera Comida Mexicana
Yuki-san, quizás atraída por el aspecto cremoso y pálido, fue la primera en probar una de las bebidas. Llevó con delicadeza el cuenco de Agua de Horchata con Kanna a sus labios y dio un sorbo pequeño y educado [ちょびっ]. Vi una microexpresión cruzar su rostro, una casi imperceptible tensión en la comisura de sus labios antes de que la enmascarara con su habitual sonrisa amable.
—Oh... —murmuró, dejando el cuenco—. Es... muy delicada, Takechi-kun. Un sabor... suave y un poco... ¿terroso? Interesante.
¡Picon!
Una notificación mental apareció, menos entusiasta de lo que sus palabras sugerían.
Evaluación Recibida: Agua de Horchata con Kanna (Yuki)
Calidad: ★☆☆☆☆ (1/5 Estrellas)
Puntos de Satisfacción (PdS) Generados: +1000
Nota: Sabor extraño/poco agradable. La Kanna no combina bien para este paladar.
Una estrella. Mil puntos. Mejor que cero, pero su "interesante" era claramente tatemae para "no me gustó". Senju-san y Kenji también la probaron con curiosidad. Senju arqueó una ceja, murmurando un "Hmm, peculiar", mientras Kenji simplemente hizo una mueca casi invisible antes de asentir cortésmente. Más notificaciones [ピコン!ピコン!] añadieron otros mil puntos por cada uno (1 estrella cada uno), confirmando la falta de entusiasmo general.
Animado por el color vibrante, Kenji se sirvió un buen trago [ゴクッ] del Agua de Jamaica. Sus ojos se abrieron ligeramente por la sorpresa agradable, y un sonido gutural de aprobación escapó de su garganta.
—¡Ah! ¡Esta sí! —dijo, mirando el líquido con interés—. Dulce y ácida a la vez. ¡Muy refrescante! Me gusta.
¡Picon! ¡Picon! ¡Picon!
Evaluación Recibida: Agua de Jamaica (Kenji)
Calidad: ★★★☆☆ (3/5 Estrellas)
Puntos de Satisfacción (PdS) Generados: +3000
Nota: Sabor agradable, novedoso y bien balanceado.
¡Tres estrellas! ¡Tres mil puntos! Yuki y Senju la probaron a continuación. Yuki sonrió con genuino placer esta vez ("¡Qué rico color y sabor!"), mientras Senju asentía con más convicción ("Refrescante y con carácter. Buen equilibrio"). Las notificaciones [ピコン!ピコン!] confirmaron su aprobación con otras 3 estrellas (3000 PdS) para Yuki y unas sólidas 4 estrellas (4000 PdS) para Senju, ¡el primer máximo!
Luego, la atención se centró en el plato principal. Senju-san tomó una porción generosa de los Huevos Revueltos con Verduras [パクッ] y se la llevó a la boca. Masticó lentamente, con una expresión concentrada que se relajó en una de genuina sorpresa y placer.
—¡Oh! ¡Esto es excelente, Takechi-kun! —exclamó, sus ojos brillando—. La textura es increíblemente suave, casi cremosa, y las verduras le dan un contrapunto fresco y crujiente. ¡Un sabor limpio y delicioso! ¡Qué forma tan maravillosa de preparar los huevos!
¡PICON! ¡PICON! ¡PICON! ¡PICON! ¡ジャララン♪ (Un sonido más brillante y prolongado acompañó la notificación).
Evaluación Recibida: Huevos Revueltos con Verduras (Senju)
Calidad: ★★★★☆ (4/5 Estrellas)
Puntos de Satisfacción (PdS) Generados: +4000
Nota: Excelente preparación base. Textura y sabor muy apreciados. Potencial máximo alcanzado para la preparación simple.
¡Cuatro estrellas de Senju! ¡Cuatro mil puntos! Me sentí flotar. Yuki y Kenji también los probaron, con expresiones de claro disfrute. Yuki comentó lo jugosos que estaban, y Kenji simplemente comía con una concentración que hablaba por sí sola. Sus evaluaciones añadieron 3 estrellas cada uno (3000 PdS x 2). El ¡Picon! mental era ya un repiqueteo insistente.
—Ahora —intervine, tratando de mantener la calma a pesar del bombardeo de notificaciones y el subidón de éxito—, prueben los huevos con un poco de la salsa roja suave.
Yuki-san añadió con cuidado un poco de la salsa a su siguiente bocado. Al probarlo, sus ojos se iluminaron aún más.
—¡Increíble! —exclamó—. ¡Esto lo lleva a otro nivel! Le da... ¡chispa! ¡Un sabor más profundo! ¡Así está perfecto!
¡PICON! ¡PICON! ¡PICON! ¡ジャララン♪
Evaluación Mejorada: Huevos Revueltos con Verduras + Salsa Suave (Yuki)
Calidad Combinada: ★★★★☆ (4/5 Estrellas)
Puntos de Satisfacción (PdS) Generados: +4000 (Total por combinación)
Nota: Sinergia de sabores excelente. Combinación muy exitosa.
¡Cuatro estrellas en la combinación para Yuki! Senju y Kenji siguieron su ejemplo, y sus murmullos de "¡Delicioso!" y "¡Así sabe aún mejor!" fueron enfáticos. Las notificaciones confirmaron otras 4 estrellas para cada uno (4000 PdS x 2). La interfaz mental era un caos festivo de luces y sonidos.
Finalmente, llegó el momento de la salsa picante. Señalé el cuenco con una advertencia. —Esta es... intensa. Solo una pizca.
Senju-san, valiente (o insensato), mojó la punta de sus palillos [ちょん]. Su reacción fue inmediata: inspiración brusca [ヒッ!], ojos llorosos, tos contenida [ゴホッ], abanicarse la boca.
—¡Wow! —logró decir, forzando una sonrisa tensa—. ¡Definitivamente... potente! Un golpe... directo. Muy... vivificante.
¡Picon!
Evaluación Recibida: Salsa Roja Picante (Senju)
Calidad: ★☆☆☆☆ (1/5 Estrellas)
Puntos de Satisfacción (PdS) Generados: +1000
Nota: Picante extremo para el paladar. Impacto fuerte pero no completamente desagradable. Curiosidad despertada.
Una estrella. Al menos no cero. Kenji la miró con una mezcla de miedo y fascinación, pero se atrevió a probar una cantidad minúscula. Su reacción fue similar a la de Senju, aunque más contenida [ンンッ!]. Yuki declinó con una sonrisa nerviosa. Las notificaciones de Kenji (1 estrella, 1000 PdS) se sumaron al ruido.
Era el momento de mi propia evaluación. Probé primero el Agua de Horchata. La Kanna le daba un toque extraño, no era la de casa, pero la base de arroz, vainilla y dulzor era reconfortante. «Hmm, no está mal, pero le falta frío y la canela auténtica».
¡PICON! ¡PICON! ¡PICON! ¡PICON!
Autoevaluación: Agua de Horchata con Kanna
Calidad: ★★★★☆ (4/5 Estrellas)
PdS Generados: +4000
Nota: Nostalgia activada. Sabor base correcto, pero ingredientes sustitutos limitan perfección.
Luego, el Agua de Jamaica. Estaba realmente buena, equilibrada. «Perfecta. Como la recordaba».
¡PICON! ¡PICON! ¡PICON! ¡PICON!
Autoevaluación: Agua de Jamaica
Calidad: ★★★★☆ (4/5 Estrellas)
PdS Generados: +4000
Nota: Sabor auténtico y refrescante. Ejecución exitosa.
Probé los Huevos solos. Estaban buenos, sí, pero... «Les falta algo fundamental. Mis frijolitos refritos al lado, el queso fresco espolvoreado, y sobre todo, ¡mis tortillas calientitas! Sin eso, son solo huevos ricos».
¡PICON! ¡PICON!
Autoevaluación: Huevos Revueltos con Verduras
Calidad: ★★☆☆☆ (2/5 Estrellas)
PdS Generados: +2000
Nota: Buena base, pero incompleto sin acompañamientos tradicionales.
Con la salsa suave: «Mejora, sí. Le da el toque de jitomate y cebolla cocidos, pero sigue faltando algo...».
¡PICON! ¡PICON!
Autoevaluación: Huevos + Salsa Suave
Calidad Combinada: ★★☆☆☆ (2/5 Estrellas)
PdS Generados: +2000 (Total)
Nota: Combinación aceptable, pero no compensa ausencias clave.
Y finalmente, llegaba el turno de la salsa picante. Miré el pequeño cuenco rojo oscuro. Senju-san todavía tenía una expresión ligeramente tensa, recordando el golpe inicial. Kenji lo miraba con respeto casi temeroso. Yuki evitaba incluso mirarlo directamente. Una sonrisa traviesa tiró de mis labios. Tomé la cucharita que había usado para servirla y, ante la mirada atónita de los tres, vertí una cantidad generosa [ドバッ] sobre mi porción restante de huevos. No una pizca, no una gota. Un buen chorro que cubrió los huevos con un brillo rojizo y amenazante.
El silencio cayó sobre la mesa. Podía sentir sus miradas fijas en mí [じーーーっ]. Yuki se llevó una mano a la boca, sus ojos muy abiertos. Kenji dejó de masticar, su expresión una mezcla de incredulidad y horror anticipado. Senju-san se irguió ligeramente, como preparándose para saltar a ayudarme si empezaba a ahogarme o a convulsionar. La tensión era palpable; esperaban una explosión, lágrimas, una carrera desesperada por agua... cualquier cosa menos lo que hice a continuación.
Con toda la calma del mundo, tomé un bocado grande [がぶり] de huevos cubiertos de salsa picante y empecé a masticar tranquilamente, disfrutando del calor familiar que se extendía por mi boca. Asentí levemente para mí mismo.
La reacción fue casi cómica. Los ojos de Yuki se abrieron aún más, si eso era posible. La mandíbula de Kenji pareció desencajarse ligeramente [ポカン]. Senju-san parpadeó varias veces [ぱちぱち], su expresión pasando de la tensión a la pura y absoluta confusión. Me miraban como si acabara de tragar carbones ardientes sin pestañear.
Internamente, evalué el sabor mientras seguía masticando bajo su escrutinio silencioso: «Le falta punch. Para mí, esto es nivel principiante. Necesita más chile, quizás otro tipo... Aunque para ellos, claro, es una bomba. Tendré que ajustar la receta si quiero que se acostumbren... ¡y cuando lo hagan, no habrá vuelta atrás!».
¡PICON! ¡PICON!
Autoevaluación: Salsa Roja Picante
Calidad: ★★☆☆☆ (2/5 Estrellas)
PdS Generados: +2000
Nota: Nivel de picante bajo para el estándar personal. Necesita ajuste para paladares locales.
El constante aluvión de notificaciones [ピコン!ジャララン♪ ピコン!ピコン!] era ya una cacofonía mental. ¡Insoportable! Accedí a la Configuración mentalmente y silencié los sonidos y oculté las notificaciones emergentes. ¡Ah, bendito silencio!
Finalmente tragué mi bocado picante y miré a mis compañeros de mesa, que seguían observándome con asombro. —¿Qué pasa? —pregunté con la mayor inocencia posible, aunque disfrutaba un poco de su desconcierto—. ¿Estaba bueno, no?
Senju-san fue el primero en encontrar su voz, aunque sonaba un poco forzada. —Tú... Takechi-kun... ¿estás... bien? ¿No te... quema?
—¿Quemar? —repetí, ladeando la cabeza—. No, está rico. Le da buen sabor a los huevos. Aunque podría estar un poquito más picante para mi gusto.
Las miradas que intercambiaron Senju, Yuki y Kenji en ese momento valieron oro. Era una mezcla de "Este tipo no es normal", "¿De qué está hecho?" y "¿Qué clase de comida bárbara comen en su tierra?".
Me aclaré la garganta, decidiendo aliviar su confusión. —Bueno, veo que la salsa picante necesita... calibración —dije con una sonrisa, reconociendo las reacciones evidentes y lo que mi sistema confirmaba—. Y la horchata quizás no fue la mejor idea con Kanna. Pero me alegra que les gustaran los huevos y la Jamaica.
Senju-san se recompuso, aunque aún me miraba con una nueva clase de curiosidad (y quizás un poco de temor culinario). —¡Ha sido un desayuno magnífico y revelador, Takechi-kun! ¡Una excelente muestra de tu hogar! Gracias por compartirlo.
Yuki y Kenji asintieron efusivamente, aunque sus miradas hacia mí ahora tenían un matiz diferente, como si acabaran de confirmar que era, efectivamente, un extranjero con gustos muy extraños y una resistencia al dolor (o al picante) sobrehumana.
Me puse de pie e hice una pequeña reverencia, sintiendo una mezcla de gratitud genuina y la emoción por lo que vendría. —Gracias a ustedes por probar mi comida. Sé que algunos sabores son... diferentes —dije, lanzando una mirada divertida a la ahora casi ignorada salsa picante—, y que aún me falta mucho por aprender y adaptar. Pero les prometo que me esforzaré para prepararles algo verdaderamente grandioso la próxima vez. ¡Algo que les vuele la cabeza... en el buen sentido!
Senju-san rio abiertamente ante mi entusiasmo. —¡Estaremos esperando ansiosos, Takechi-kun! Pero ahora, a trabajar. Hay mucho que organizar.
Y así, después de aquel desayuno revelador, comenzaron las actividades del día en Almacenes Senju. Me asignaron trabajar con Kenji en el almacén principal, moviendo sacos, organizando estantes y preparando algunos pedidos locales. Kenji seguía siendo un hombre de pocas palabras, pero trabajaba con una eficiencia tranquila y, después de mi demostración de resistencia al picante, me miraba con una especie de respeto silencioso, quizás mezclado con una pizca de desconcierto.
Mientras mis músculos protestaban por el esfuerzo físico al que aún no estaba del todo acostumbrado, mi mente era un torbellino vibrante de ideas culinarias. El sistema de "La Despensa del Recuerdo" y los 49,000 Puntos de Satisfacción que había acumulado ([Yuki: 1000+3000+4000+1000] + [Kenji: 1000+3000+3000+4000+1000] + [Senju: 1000+4000+4000+4000+1000] + [Takechi: 4000+4000+2000+2000+2000] = 9000 + 12000 + 14000 + 14000 = 49,000) eran una puerta abierta a un universo de posibilidades.
Pasé todo el día repasando mentalmente los sabores de mi México querido: los diferentes tipos de moles, desde el complejo poblano hasta el más sencillo pipián; la infinita variedad de tacos, desde los clásicos de pastor o carnitas hasta los de guisados caseros; los tamales dulces y salados envueltos en hoja de maíz o de plátano; los caldos reconfortantes como el pozole o la birria; los antojitos callejeros como las quesadillas, sopes y tlacoyos... Y los postres: el flan cremoso, el arroz con leche, las cocadas, los dulces de tamarindo, el pastel de tres leches... ¡Una infinidad!
Pero la pregunta clave resonaba una y otra vez: ¿qué sabores les gustarían aquí? La reacción a la horchata y al picante era una clara advertencia. ¿Debería intentar recrear los sabores auténticos, sin importar cuán extraños les parecieran al principio, confiando en que eventualmente los apreciarían? ¿O debería... tropicalizar la comida? ¿Fusionarla? Usar ingredientes locales como la Kanna junto con mis chiles, adaptar las especias, suavizar los picantes... ¿Crear algo nuevo, un puente entre ambos mundos culinarios?
La idea me emocionaba y me asustaba a partes iguales. Frente a mí existía un sinfín de posibilidades, un lienzo en blanco esperando ser llenado con colores y sabores. El camino del Cocinero Mexicano en este mundo no sería solo recrear, sino quizás también... crear. Y no podía esperar para empezar.